sábado, 27 de noviembre de 2010

CRONICA DE LA PRIMERA CENA DE CARLOMAGNO (2ª EPOCA)


El pasado sábado, día 20 de Noviembre, una treintena de camaradas, pertenecientes a la Hermandad Nacional de Banderas de Falange Española, celebraron la primera de lo que será la reedición de las famosas cenas de Carlomagno, que en su época celebrara el Fundador.

No encontramos un salón privado con chimenea que encender, a propósito para la ocasión, tampoco el mantel era excesivamente mullido por el grueso del muletón, y por último los trajes de etiqueta fueron sustituidos por las camisas azules, pero no faltaron la piel de corzo sobre un sillón, “como homenaje al invitado que no asistiría”, ni los tres candelabros encendidos. También se dispuso una bandera falangista, presidiendo la sala, aunque esto no fuera así en las cenas de la primera época.
Los tiempos cambian, pero no los valores, como tampoco la cordialidad y la camaradería que imperaban en el ambiente.

Los asistentes fueron recibidos con una copa de jerez previa a la cena. El presidente de la hermandad dio lectura al capítulo del libro de nuestro camarada José Luis Jerez Riesco, “El Madrid de la Falange”, en el que se refiere al hotel París y las cenas de Carlomagno, y procedió a la entrega de una veintena de carnés de la Hermandad. Tras cena, las canciones falangistas llenaron la sala. En Febrero o Marzo será la próxima.

¡¡ARRIBA ESPAÑA!!

domingo, 7 de noviembre de 2010

JESUS ELVIRA. SIMPLEMENTE UN MALNACIDO


El General Juan Yagüe Blanco fue sin duda el mejor estratega de la Cruzada de Liberación y bajo su mando se liberó Badajoz y se llegó a los arrabales de Madrid, donde sus escasas tropas escribieron páginas de gloria y heroísmo, del mismo modo que lo hicieron en la Batalla del Ebro hasta la Liberación en Cataluña. Después de la guerra ocupó distintos cargos políticos y militares como el Ministerio del Aire, General Jefe del X Cuerpo de Ejército, es decir, de todas las tropas del Protectorado hasta llegar a ocupar la Capitanía General de la VI Región Militar.

Por otro lado sus cualidades humanas fueron igual o incluso superiores a las militares. No voy a citarlas aquí, pero el que esté interesado en acercarse a la biografía más completa del militar falangista tiene una buena ocasión a través del libro "Yagüe. El General falangista de Franco", de Luis E. Togores en La Esfera de los Libros. Hombre ardiente , visceral, pero sobre todo de acrisolada lealtad, sufrió destierro por orden de Franco sin que ello supusiera merma de su fidelidad y amistad con su compañero de promoción y Jefe.

Sólo voy a referirme a su capítulo de benefactor de su pueblo, San Leonardo, en Soria. Era éste un pequeño pueblo, atrasado, con tierras de baja calidad y cuyos escasos recursos eran la explotación de la madera de los montes comunales, una ganadería poco importante y complementaria y algunos saltos de agua y molinos para la harina. En definitiva, un pueblo muy austero.

Con la llegada de Yagüe a la Capitanía General con sede en Burgos, además de la ingente labor social que hizo en la capital castellana se volcó en la mejora de las condiciones de vida de sus vecinos del pueblo en que nació. A modo de resumen éstas fueron sus principales iniciativas en San Leonardo, como reseña Togores:

- Ordenación del monte público, aumentando la producción de madera un 400%.

- Construcción de 12 casas para funcionarios, con cuatro dormitorios, agua y luz.

- Construcción de 110 casa para agricultores y ganaderos, con tres dormitorios, agua y luz; así como establo para seis animales, pajar y granero.

- Construcción de 54 viviendas para artesanos, con cuatro dormitorios.

- Traída al pueblo de agua desde una distancia de 17 kilómetros, con saneamientos.

- Creación de un complejo industrial de serrería, secadero y taller de carpintería que dio trabajo a 300 obreros.

- Tejera mecánica para 30 obreros, que dio servicio a toda la comarca, llegando a vender incluso a Barcelona.

- Puesta en regadío de 80 hectáreas, bajo el signo de la autarquía, logrando el autabastecimiento de hortalizas, legumbres y tubérculos.

- Creación de una colonia para veraneantes para 550 personas.

- Construcción de una piscina pública, economato para obreros, cooperativa, taller de artesanía para fabricar juguetes de madera, matadero modelo,cuadras para sementales de vacuno y caballar, lavadero público cubierto, molino de piensos y panadería mecánica con vivenda para el molinero y el panadero, cementerio nuevo, Hogar del Productor, Hogar del Frente de Juventudes, cine-teatro, ambulatorio, cuartel de la Guardia Civil para veinte números.

Por todo lo anterior el pueblo casi triplicó su número de habitantes en los veinte años siguientes a la contienda y en agradecimiento fue nombrado alcalde perpetuo añadiendo el Concejo su nombre al pueblo por lo que pasó a ser San Leonardo de Yagüe, erigiéndose un monumento en su honor en la plaza principal.

Y ahí estuvo el grupo escultórico hasta que llegó un malnacido de nombre Jesús Elvira, alcalde del PP de la localidad y, cobardemente con la excusa de la Ley zapateril de Mentira Histórica, echó abajo el monumento a la vez que se cubría de escarnio a sí mismo y a su pueblo. Nunca un pueblo debió tanto a un hombre y nunca un pueblo acabó rebajándose de manera tan miserable.